A 60 millones de años luz nos encontramos con el imponente cúmulo de galaxias conocido por Cúmulo de Virgo. Una enorme asociación de alrededor de 2.000 galaxias, algunas con más espirales que nuestra querida «Vía Láctea», otras sin forma alguna, son las informes galaxias de tipo elíptico. Clasificada en este último grupo se encuentra una de las más importantes galaxias del Cúmulo de Virgo, M87, una galaxia grande, agresiva y en cuyo interior alberga uno de los agujeros negros más grandes conocidos.
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M87 es un monstruo galáctico con una masa de 2.7 billones (sí, 1012, un 1 seguido de 12 ceros) de soles, un tamaño impresionante si tenemos en cuenta que nuestra galaxia, considerada grande, tiene una masa aproximada de 1 billón de soles. El centro de esta galaxia es además un lugar denso y violento. Ya en el año 1994 el Telescopio Espacial Hubble fotografío un disco de gas (muy) caliente orbitando en torno al centro de esta masiva galaxia. Y adyacente al mismo tenemos nuestra imagen de hoy: una de las manifestaciones más notables de un agujero negro.
Se trata de chorro extremadamente energético de partículas subatómicas (electrones, en este caso) y radiación gamma lanzados a una distancia de tan solo 5.000 años-luz. La radiación gamma es la más energética que se conoce, según los astrofísicos solo los objetos y eventos más destructivos del universo pueden provocarlos, como las llamaradas solares, las estrellas de neutrones, las supernovas y… los agujeros negros.
Formación del jet (o chorro) de un agujero negro. Las líneas representan el campo magnético. Crédito: OPT.
Paradójico que un objeto por definición invisible tenga algunas de las manifestaciones más visuales y energéticas del Cosmos. Sin embargo y en este caso sobre todo, nuestros conocimientos aún están en pañales y desde luego… ¡son requeridos más estudios!. A continuación un precioso vídeo explicativo sobre la formación de un jet, un chorro de materia, de un agujero negro.
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